lunes, 10 de noviembre de 2014

«La solución a la crisis de la familia requiere un cambio de corazón, no de doctrina»

Con estas palabras se dirigía en una carta pastoral  Mark Davies, obispo de Shrewsbury (Inglaterra), a sus feligreses. El obispo afirmaba querer disipar cualquier impresión errónea de que la Iglesia va a abandonar su testimonio de la verdad y a cambiar su enseñanza ante las tendencias hostiles en la opinión pública o las ideologías destructivas de nuestro tiempo.
 
Mons. Davies explica que el Papa, en su discurso de clausura del reciente sínodo, advirtió contra «la tentación de bajar de la cruz, para contentar a la gente, y no permanecer allí, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en lugar de purificarlo y conducirlo al Espíritu de Dios».
El prelado inglés recuerda que «los primeros cristianos requirieron de valentía para superar y transformar el vasto mundo pagano, cuyas ideas sobre el matrimonio y la moral sexual no eran diferentes de las que prevalecen en nuestra propia cultura. Hoy necesitamos el mismo coraje sobrenatural para vivir y dar testimonio de todo lo que la Iglesia cree y enseña sobre el matrimonio, la familia y la sexualidad humana».

Mons. Davies advierte que el «definitivo fracaso pastoral» sería «engañar a los fieles, alentándolos a permanecer en el pecado o dejar de llamarles al arrepentimiento y la renovación»

El obispo reafirma su postura citando nuevamente el discurso del Papa en la clausura del sínodo, en el que el Santo Padre habló contra  «la tentación del buenismo destructivo, que en nombre de una misericordia engañadora venda las heridas sin antes curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causas y las raíces».

El prelado recuerda que el papa Francisco ha puesto ante nosotros el ejemplo de san Juan Pablo II a quien llamó «el Papa de la familia»; y del papa Pablo VI, a quien beatificó al final del Sínodo: «En la crisis que enfrentamos hoy en día, echemos un vistazo a la gran herencia de sus enseñanzas. Que su valor y la oración nos inspiren para buscar una mayor fidelidad y una comprensión más profunda de lo que Cristo y su Iglesia verdaderamente enseñan sobre el matrimonio, la familia y la sexualidad humana».

Fuente: Infocatólica